¿A qué temperatura sirvo el vino?

Seguro que os ha pasado en alguna ocasión que tenéis todo preparado para la comida o cena a la que habéis invitado a vuestros amigos o familia: mesa lista y bonita, la comida en su punto y hasta el postre preparado. Solo queda abrir el vino…pero ¿estará bien de temperatura? ¿Lo tenía que haber metido antes a enfriar? ¿Cuándo lo saco del frigorífico? Y un sinfín de preguntas relativas a la temperatura de ese vino que estáis a punto de disfrutar. Y es que la temperatura tiene una gran importancia a la hora de percibir las características del vino; si está muy frío se pierden los aromas y sabores si está muy caliente se pierde la frescura en el caso de los blancos y en el de los tintos notaríamos más el alcohol que la fruta.

Si lo que vais a tomar es un vino blanco, es conveniente que lo guardes unas 3 horas en el frigorífico para que esté a unos 8º C; para mantener esa temperatura mientras estáis comiendo puedes introducirlo en una cubitera con agua y hielos.
 
En el caso de los vinos tintos entre 13ºC, si es un tinto más joven, y los 15ºC, en el caso de que sea un vino con más crianza en barrica. Para ello, deberás meter el vino previamente en el frigorífico, el tiempo dependerá de la temperatura exterior;  si es verano tendrás que dejarlo más tiempo para que esté lo menos posible a temperatura ambiente.
 
De hecho, muchas veces un vino nos desagrada si no lo consumimos a la temperatura adecuada, seguro que os ha pasado en  verano con algún vino tinto.
 
Si eres de los que te gusta cumplir todo a rajatabla te especificamos la temperatura ideal para cada tipo de vino:
Vinos espumosos(entre 6 y 8ºC).
Vinos blancos jóvenes secos (entre 8 y 10ºC ); blancos dulces (6ºC); finos y manzanillas (entre 7 y 10ºC); blancos fermentados en barrica (entre 9 y 12ºC). 
Vinos rosados (entre 9 y 12ºC).
Vinos tintos jóvenes (entre 12 y 14ºC);  tintos con cuerpo (entre 13 y 15ºC) y tintos de crianza y guarda (entre 14-16º).
 
En todo caso, nuestra recomendación es que nunca lo intentes calentar o enfriar bruscamente acercándolo a una fuente de calor o metiéndolo en el congelador  ya que el vino puede perder sus cualidades organolépticas, es decir, las que percibimos a través de nuestros sentidos (aromas, sabores…).
 
Como curiosidad, existen unos pequeños armarios, denominados cavas o vinotecas, climatizados para conservar el vino y poder servirlo a su temperatura ideal; es un buen regalo para cualquier persona a la que le gusten los vinos.
 
Y, por último, recuerda coger la copa por el tallo o la base para evitar calentar el vino con tus manos.

 

¡Salud!

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